En 1979 Michael Jackson era un joven de
piel y rasgos negros, de quien se decía que sufría complejos por su enorme
nariz y las huellas que le había dejado el acné severo parecido en su
adolescencia.
Con el incremento de su popularidad
sintió la necesidad de hacer cambios en su fisonomía, que empezaron con
cirugías para afinar la nariz y redibujar las cejas.Hasta este momento incluso
sus críticos reconocían que sus cambios estéticos, que no estaban fuera de lo
normal, lo favorecían. En 1987, sin embargo, el cantante siguió yendo al
quirófano en busca de cambios cada vez más drásticos. Volvió a operarse la
nariz, pero el resultado no le gusto, así que demando al cirujano; también
modificó su mandíbula y se hizo un implante de mentón. Así logro una definición
clara entre el cuello y la cabeza, que marco los ángulos de su cara.
En forma simultánea la gente empezó a
notar los primeros visos de su polémica decoloración de piel. Ya en 1991lucia
blanca y nada saludable. Ante las críticas surgidas por el cambio, el cantante,
apoyado por su dermatólogo, se defendió diciendo que sufría de vitíligo;
enfermedad que impide la producción de la melanina que da el tono oscuro
.Jackson adujo que se sometía a un procedimiento para igualar su color .No
obstante esto hizo que perdiera las capas protectoras de la piel, lo cual lo
hacía vulnerable al cáncer .Por eso andaba siempre con sombrillas y sombreros.
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